Asesinato Civil en el Mundo Digital.
La paradoja del mal: ética y estética del crimen en la sociedad digital.
La era digital está cambiando la estética de los crímenes hasta el punto de convertirse en inductora de la crueldad, de magnificarla y de crear nuevos cauces para difundirla.
España ha sido el primer país europeo en garantizar los derechos digitales relacionados con internet mediante la promulgación de la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales Y Garantía Derechos Digitales, que regula cuestiones como el derecho al olvido, la seguridad y la educación o la desconexión digital en el ámbito laboral.
Alrededor del asesinato civil se ha ido formando una industria, que organiza campañas dirigidas estratégicamente a terminar con la reputación de una persona o de una organización. La industria diseña acciones coordinadas a lo largo del tiempo, hasta conseguir modificar la información pública sobre una persona creando un relato alternativo soportado en fuentes manipuladas, y apoyado en declaraciones de personas supuestamente afectadas o damnificadas por esa persona u organización.
Las claves para destruir la identidad de una persona estriban en propiciar su aislamiento social, su aislamiento económico, provocándole dificultades financieras hasta avocarlo a la situación de no tener más remedio que desmentir a su entorno de confianza, y a futuros contactos sociales, la realidad que sobre él se cuenta en internet.
Esta técnica proviene de los servicios de inteligencia, aunque normalizada hoy en día, no tiene otra finalidad que publicar material en internet y atribuirlo falsamente a otra persona hasta desacreditarla y aislarla de su entorno. La técnica consiste en la publicación sistemática de informaciones, bajo la forma de cuentas sociales y blogs de sus supuestas víctimas, informaciones negativos y suplantaciones de identidad de la persona a la que se pretende dañar.
Ha resultado paradigmático el ataque orquestado contra el diario digital mejicano SinEmbargo, a través de una veintena de usuarios de Twitter, en los que acusaban a periodistas de ese diario de toda clase de vicios, malas prácticas y pecados varios. La campaña tenía todos los visos de proceder de un robot: mensajes repetitivos, usuarios claramente inventados, citas a ligas inexistentes, etc.
En este ataque, la página de Facebook de la cantante Belinda, con 7.5 millones de seguidores, fue hackeada y desde ella se publicaron notas en las que se acusa de violador y pederasta al Director de Contenidos de SinEmbargo. Un tuit de la periodista Sanjuana Martínez en apoyo de SinEmbargo fue respondido con una imagen de un cadáver al que se le había colocado su cabeza.
La mayoría de las víctimas sufren un daño moral irreparable, que, en ocasiones, puede llegar a ser somatizado por la víctima. En todo caso, exigir una compensación al agresor es necesario. La velocidad a la que la sociedad digital abre posibilidades en todos los ámbitos de la vida humana, provoca que la legislación se desarrolle aún con más retraso que en la vida real, siendo necesario un mayor esfuerzo para que los derechos de los ciudadanos y organizaciones sean protegidos también en el mundo digital.